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Capurro

Volcado sobre la bahía de Montevideo, Capurro es playa, parque y barriada. La vista desde la playa es una de las más elocuentes de la ciudad, con su paisaje portuario a la izquierda, la emblemática silueta del Cerro enfrente, y, más lejos, la península.

Como recuerda Ricardo Goldaracena en “Los barrios de Montevideo”, el topónimo Capurro se debe al empresario italiano Giovanni Battista Capurro, marino genovés que llegó al país alrededor de 1830.  En la zona donde había estado establecido el Caserío de los Negros, en la margen izquierda de la desembocadura del arroyo Miguelete, el armador genovés adquirió un predio donde edificó una casa quinta con una superficie de 24 cuadras, que pobló de árboles y pájaros. La quinta de Capurro estaba frente a la playa antiguamente denominada “Honda”, sobre la bahía.

Según el historiador Aníbal Barrios Pintos, los arenales y pozos de agua existentes en la costa sobre esa playa, continuación natural de los pozos de la Aguada, fueron explotados por Capurro con destino a los buques de ultramar que regresaban sin carga a Europa y necesitaban lastre, además de agua dulce.

Después, el armador construyó sobre la bahía el “Muelle Capurro”, para cargar arena como lastre en los barcos que regresaban desde Montevideo.

Cuando en 1869 se instaló la Compañía de Tranvías al Paso del Molino y Cerro, con la masiva llegada de visitantes Capurro se transformó en estación balnearia. Cuando comenzó a funcionar un vapor que hacía la carrera desde el puerto al Cerro, en verano, hacía una escala en el muelle de Capurro.

En 1910, en los terrenos de la costa, se inauguró el Parque Capurro, trazado por el ingeniero alemán Julio Knab, cuya parte arquitectónica, de amplias escalinatas, fue obra del arquitecto florentino Juan Veltroni. El paisaje desde el parque resultaba deslumbrante.