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Reducto

En 1875 se levantó la iglesia del Reducto frente a la actual plaza Gral. Eugenio Garzón. En su derredor y también contiguo al Manicomio Nacional, levantado en 1880 en la quinta de Vilardebó -el más importante de América del Sur en la época- comenzó a crecer el barrio. El nombre tiene connotación histórica: se originó en torno a la esquina de San Martín y Burgues, donde en 1813 se instaló el Cnel. José Rondeau, en lo que era la casa quinta de Martín Gulart, durante el segundo sitio de Montevideo. José Rondeau se vio obligado a tomar la quinta de Gulart (un comerciante catalán) para el alojamiento y cuartel general de su ejército. Esta quinta fue fortificada como un bastión o reducto de guerra. (Ver “Bicentenario en el Municipio C”).

El Hospital Vilardebó fue construido en la quinta que era de la familia Vilardebó, sobre el camino Millán. En 1867, el general Venancio Flores puso allí la piedra fundamental del Asilo de Dementes que luego, con el nombre de “Manicomio Nacional”, fue inaugurado el 25 de mayo de 1880.

El Hospital Español fue inaugurado en 1909, construcción financiada con dinero proveniente de la colectividad española.

El barrio se diversificó. Allí se instaló la fábrica de Fósforos Victoria y con la llegada del Mercadito de las Flores en la calle Guadalupe, se instalaron familias japonesas que convivieron con los vecinos que en su mayoría descendían de españoles e italianos.

El Reducto fue también un barrio carnavalero. Su personaje más famoso fue José Ministerri, “Pepino”, que tuvo varios locales de ensayo de sus “Patos Cabreros” en la zona.