Comenzamos en los primeros meses de vida a consumir preparaciones blandas, para luego ir incorporando, variando alimentos y preparaciones que haga que nuestra vida sea más saludable.
En el periodo de la adolescencia hasta la edad adulta, buenos hábitos alimentarios suelen pasar al segundo plano.
Es una etapa de desorden personal y al ser estudiante o trabajar ser independiente o no vivir con la familia, llevan a tener estilos de vida muy dispares que influyen directamente sobre los hábitos alimentarios.
Se buscan criterios como: rapidez, sencillez y comodidad de las preparaciones.
No comen en condiciones adecuadas, mientras se come se compagina con otras actividades. Ejemplo ver TV, escuchar la radio o trabajar en la computadora.
No hay horarios establecidos, no se hacen las cuatro comidas, los ambientes no son tranquilos y en escasas ocasiones se hacen acompañados por la familia.
Todo este ritmo de vida, hace a que la comida no son casera, son elaborada fuera de casa, lo que lleva a que se consuma alimentos con alto contenido Calórico y ricos en Grasas, Sal y Azúcares.
Es importante re-educar con hábitos, para llegar a la edad adulta en óptimas condiciones de salud. S e debe de ser ordenado en las comidas, elegir alimentos de acuerdo a nuestras necesidades nutricionales, repetir horarios y realizar ejercicios físico díaramente, lo que hará es mantener un peso adecuado y un buen estado de salud.
Comer bien, no es sinónimo de comer mucho, debemos tener una alimentación variada y adecuada en cantidad y calidad.
Elaborar comida casera, recuperar nuestras raíces culinaria, las porciones no deben ser grandes y lograr que en las comidas estén presentes alimentos con diferentes colores y texturas.
Fuente: Intendencia de Montevideo