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Monumento a Aparicio Saravia

Monumento a Aparicio Saravia
Ubicado en la intersección de las avenidas Millán y Luis Alberto de Herrera, el monumento a Aparicio Saravia es una obra monumental que rinde homenaje al gran caudillo uruguayo, creado por el célebre escultor José Luis Zorrilla de San Martín. Inaugurado el 18 de mayo de 1956, este bronce refleja la esencia de una patria construida sobre ideales de libertad, valor y tradición.
 
José Luis Zorrilla de San Martín, quien ya había dejado su marca en Montevideo con obras icónicas como el “Monumento al Gaucho” y las alegorías en el Obelisco, concibió este monumento no solo como una representación de Saravia, sino como un símbolo de la lucha y el espíritu inquebrantable del pueblo oriental. Su expresión “fuerte y poderosa, sencilla y elocuente” captura el objetivo de la obra: que cada transeúnte que contemple la figura del caudillo reciba un mensaje de patriotismo y coraje.
 
Aparicio Saravia se presenta montado a caballo, luciendo el tradicional poncho, sombrero y la divisa que simboliza la identidad del caudillo. El caballo, esculpido con orejas atentas, parece recibir los ecos de los campos y selvas, en sintonía con los versos del poeta Fernán Silva Valdés. En la base del monumento, una inscripción recuerda a quienes lucharon junto a Saravia por las libertades cívicas, resaltando la importancia histórica de esta figura en la memoria nacional.
 
Esta obra fue fundida en la prestigiosa fundición Vignali, un nombre asociado a la creación de las más destacadas esculturas uruguayas de su tiempo.
 
Aparicio Saravia (1856-1904) fue un influyente caudillo perteneciente al Partido Nacional.
 
Lideró varias revueltas a fines del siglo XIX y principios del XX. En 1903, durante el gobierno de José Batlle y Ordóñez, Saravia reunió a 15.000 hombres y se lanzó a la lucha armada, resultando herido de muerte en la Batalla de Masoller.