El Jardín Botánico de Montevideo, diseñado por el paisajista Charles Racine, abrió sus puertas en abril de 1902. Este oasis verde, parte del Prado, es único en Uruguay y se dedica a albergar una extensa variedad de plantas.
Ocupando 13 hectáreas, el Jardín Botánico no solo sirve como un espacio para la investigación científica sino también como un lugar de esparcimiento para el público.
El profesor Atlio Lombardo, quien invirtió medio siglo en el mantenimiento de este patrimonio botánico, es honrado con su nombre en el parque.
Los visitantes pueden admirar alrededor de 800 especies distintas de flora, incluyendo árboles, arbustos y plantas menores, con especímenes tan variados como el alcanfor, el timbó, el ciprés calvo, diversas palmeras, el lapacho, el plumerillo, robles y un notable árbol de pecán.
Las plantas se clasifican y exhiben de acuerdo a su procedencia geográfica, características ecológicas, clasificación botánica y propiedades útiles. Hay colecciones de leguminosas, rosáceas y especies nativas de regiones como África, América del Norte y Asia.
En la avenida 19 de Abril se encuentra la histórica casa que alberga las oficinas administrativas del jardín y el Museo Botánico, que resguarda colecciones valiosas como el herbario donado por el profesor Jorge Chabataroff. Además, posee una biblioteca significativa con material de divulgación y referencia.
Para mantener su colección vibrante y actualizada, el Jardín Botánico intercambia semillas con aproximadamente 120 jardines botánicos internacionales.