Este barrio residencial de arquitectura baja, exceptuando algunos galpones donde en el pasado funcionaron industrias, está ubicado entre los límites de Br. Artigas, Garibaldi, General Flores y Br. Artigas.
Cuando en 1895 el pionero del urbanismo montevideano, Francisco Piria, creó el barrio, al lotear y rematar lo que hasta entonces era un paraje de chacras, zanjones y hondonadas, le puso por nombre el de monseñor Jacinto Vera, primer obispo de la ciudad (1813-1881).
El barrio hunde las raíces en uno de los momentos más destacados de la historia patria: en la entonces Panadería de Vidal (actuales calles Lorenzo Fernández, Pedernal, Yaguarí y Joaquín Requena) el 11 de septiembre de 1811 se realizó la primera Asamblea de los Orientales, convocada por José Artigas, a la que asistieron más de un centenar de hombres. Fue en esa oportunidad que los diputados de Buenos Aires expusieron las causas por las que firmaron el armisticio y obligaron al retiro del ejército sitiador del Montevideo español y amurallado, ante la amenaza de una inminente invasión portuguesa a la Banda Oriental. (Ver “El Bicentenario en el Municipio”).
El barrio dio nombres ilustres al fútbol, entre los que se destacan “el tano” Porta, “Patezco” Ambrois, Enrique Fernández y los campeones mundiales de 1950, “el cotorra” Míguez y el “mono” Schubert Gambetta.
El poeta Líber Falco describió al barrio con estas imágenes: Yo nací en Jacinto Vera / qué barrio Jacinto Vera / ranchitos de lata por fuera y por dentro de madera./ De noche blanca corría / blanca corría la luna / y yo corría tras ella./ De repente se perdía, / de repente aparecía / entre los ranchos de lata / y por adentro madera / Ah luna, mi luna blanca / luna de Jacinto Vera !.