Las especies del género Tillandsia conocidas popularmente como Clavel del Aire pertenecen a la familia de las Bromeliáceas, en nuestro país hay varias especies de dicho género. Tillandsia capillaris es una especie propia del bosque chaqueño argentino, su presencia se ha constatado en varios países de América del Sur (Uruguay, Brasil, Chile, Paraguay, Bolivia, Perú, Ecuador). Es una planta epífita atmosférica por lo tanto vive adherida árboles, arbustos e incluso muros y cables de la luz, pero es importante aclarar que no es parásita, sólo requiere apoyo físico. Recibe los nutrientes del polvo y partículas que colectan con sus raíces, específicamente son tricomas higroscópicos que le permiten a la planta condensar la humedad. Las semillas son muy pequeñas y tienen vellos blancos que se adhieren fácilmente a ramas, cables, etc.
Según la mayoría de los especialistas este clavel no ataca a la especie hospedante o forófita (planta que ofrece apoyo o espacio).
Daños: hay diversas opiniones respecto a si esta especie causa daño o no. En general cuando se trata de árboles huéspedes de hoja caduca en declinación (dependiendo del tipo de corteza y copa), el Clavel del Aire se vuelve maleza al ocupar las ramas, generando un gran sombreado que impide la aparición de las hojas.
En el caso de Tillandsia recurvata hay estudios por ejemplo en Argentina, sobre sustancias nocivas para el hospedante que genera dicha especie.
Se pueden tomar ciertas medidas de control. En ejemplares muy decrépitos aplicar el método mecánico, denominado limpieza o poda sanitaria; otro método es el hidráulico, se usa para árboles altos de hoja caduca, aplicando agua a alta presión. Por último el método químico, se usan productos a base de sulfato de cobre pentahidratado, el más conocido que se aplica en Argentina es el Cota cuatro, se efectúan dos aplicaciones en otoño-invierno, separadas durante 4 o 5 días.