La Plaza Terminal Goes, ubicada entre las calles Domingo Aramburú, Marcelino Sosa, Carlos Reyles y Av. General Flores, es un lugar emblemático del barrio Goes que ha estado estrechamente vinculado a la evolución del transporte urbano en Montevideo. Desde la inauguración de la Estación de Tranvías en 1880 hasta su transformación en plaza pública, este espacio ha sido testigo de numerosos cambios que reflejan el desarrollo de la ciudad.
Originalmente, la Estación Goes sirvió como un nodo clave para el transporte de tranvías a caballo, operado por la empresa Tranvía Oriental, y luego electrificado bajo gestión alemana, inglesa y finalmente municipal. Los tranvías dejaron de circular en 1957, marcando el fin de una era. La estación fue dividida en dos partes por la extensión de la calle Marcelino Sosa, convirtiéndose en una Terminal de Ómnibus interdepartamental en 1976. En los años 80, parte del espacio fue acondicionado como plaza, trasladándose la Biblioteca Horacio Quiroga al edificio administrativo, y se instaló una obra escultórica de Germán Cabrera.
La Terminal de Ómnibus cerró en 1994, lo que afectó la economía local y contribuyó al deterioro del área. Sin embargo, en 2006 comenzó un proceso de recuperación gracias al programa Presupuesto Participativo, que culminó en 2011 con la renovación de la plaza. Se incluyeron equipamientos recreativos, culturales y deportivos, como una pista de skate, juegos saludables, un escenario y una fotogalería. En 2012, se inauguró el Centro Cultural Terminal Goes (CCTG), fruto de un proyecto financiado por la Comisión Europea.
La historia de la plaza quedó reflejada en elementos conservados y transformados en obras artísticas. Destacan esculturas de Octavio Podestá, realizadas con rieles de tranvías removidos durante las obras de saneamiento de 2016, como “El Tramway” y “Little Tramway”. Estas piezas, junto con rieles incorporados al pavimento y referencias históricas, mantienen viva la memoria del sitio como un espacio vital en el barrio.
En 2018, se completaron nuevas remodelaciones, incluyendo áreas verdes, espacios de juego para niños, y la recuperación de estructuras metálicas originales. Ese mismo año, la plaza dejó de estar vinculada al transporte tras el cese de la venta de boletos STM en el lugar. Las transformaciones fomentaron su uso social, cultural y deportivo, resignificando su importancia no solo para Goes, sino también para toda la ciudad.
En 2020, la Plaza Terminal Goes fue declarada Bien de Interés Municipal, un reconocimiento a su relevancia cultural, histórica y patrimonial. Este espacio no solo conserva su legado como testigo del intenso movimiento del transporte público por más de un siglo, sino que también proyecta su valor como un lugar de encuentro que conecta pasado, presente y futuro, promoviendo la identidad y el dinamismo del barrio Goes.