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Todo sobre la MIEL

Los beneficios de este alimento no solo afectan positivamente a la salud de las personas, sino también al medio ambiente. Conocé aquí todas sus propiedades.

La miel posee cualidades reconocidas como endulzante, ya que mayoritariamente está compuesta por azúcares, pero también aporta en pequeñas cantidades oligoelementos como minerales, ácidos orgánicos, vitaminas, lo que agrega diversidad de nutrientes a la alimentación. Dada su versatilidad puede incorporarse a preparaciones dulces y saladas, aportando humedad, brindando una textura suave, delicada y un agradable aroma y sabor.

Se trata principalmente de un tipo de azúcar, fluido y viscoso, altamente energético. Por esta razón, su uso como ingrediente y condimento debe ser moderado y en sustitución del azúcar refinado, de modo de no favorecer el exceso calórico. Es importante tener presente que a lo largo del día, el consumo total de azúcares (que incluye a la miel) debe ser inferior al 10% de las calorías diarias (en medidas caseras ronda las 5 a 10 cucharitas diarias en niños o adultos respectivamente). Un consumo mayor causa sobrepeso u obesidad y se relaciona con caries, resistencia a la insulina y diabetes tipo 2, entre otras enfermedades.

Dado que la miel no presenta adición de sustancias químicas como aditivos, colorantes, saborizantes y conservantes, es un alimento más amigable con el medio ambiente y con el consumidor en comparación con otros alimentos ultraprocesados, ya que poco se conoce el efecto de estos compuestos a largo plazo sobre la salud de las personas.

A su vez, otro valor agregado a resaltar, radica en el rol polinizador que presentan las abejas productoras de miel, valorando su papel sobre el medio ambiente, ya que polinizan una gran proporción de los cultivos que abastecen a la población mundial. Muchos alimentos ricos en micronutrientes, como las frutas, algunas hortalizas, semillas, frutos secos y aceites, desaparecerían si no hubiera polinizadores. Es decir que gracias a la labor polinizadora de las abejas, es posible disminuir el uso de fertilizantes y abonos químicos, contribuyendo a favorecer un sistema alimentario más sostenible, y con menor impacto sobre el medio ambiente.

Se puede decir entonces, que las abejas y la apicultura contribuyen a mantener los ecosistemas forestales. Con la desaparición de esta especie, se reduciría la diversidad de alimentos, mermaría la actividad agrícola y con ella millones de fuentes de ingresos. La falta de abejas y su consecuente reducción de la apicultura, podría llevar a situaciones de escasez de alimentos, e incluso al desequilibrio económico.

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